Si entendemos por instancias de la capacitación a las partes constitutivas del proceso a través del cual se desarrolla el servicio de formación, creo que la primera instancia a considerar es la determinación de los contenidos que es necesario abordar y las actividades prácticas complementarias que se requieren para que los participantes adquieran los conocimientos o habilidades esperadas.
Como segunda instancia imagino un proceso de programación en la que se especifique en detalle la cantidad de encuentros a realizar, los temas y las actividades previstas a considerar en cada uno de estos encuentros y los recursos requeridos.
En esta programación deberán considerarse las características del grupo destinatario del servicio para ajustar la actividad a la modalidad de aprendizaje de los participantes. Cumplidas estas etapas de planificación y programación iniciales creo que la instancia siguiente es la conformación real del grupo y el inicio efectivo del proceso.
En esta etapa del desarrollo de la actividad de capacitación podemos identificar algunas instancias típicas o comunes que la conforman y que considero completan el ciclo del servicio:
1. Presentación de los participantes y de los contenidos y objetivos de la propuesta de capacitación.
2. El desarrollo de la actividad de capacitación.
3. La evaluación del progreso de los participantes.
4. La evaluación del servicio por parte de los destinatarios de la propuesta y desde la estructura que realiza la actividad. Esto es evaluación interna y externa.
5. Lecciones aprendidas y mejora del proceso.
Como mencioné anteriormente creo que la evaluación de la actividad debe realizarse sobre el servicio en su conjunto en el que deben considerarse las expectativas de la organización y de los participantes. Si se limita esta evaluación a la actividad del facilitador o capacitador creo que debe diferenciarse el momento previo (”expectativas”) y posterior (“experiencia”) al desarrollo de la actividad.
Entre los aspectos a considerar en ambos momentos creo conveniente incluir el análisis de los:
1. Conocimientos teóricos de los temas considerados en la propuesta.
2. Experiencia profesional personal sobre los temas incluidos en la propuesta.
3. Claridad en la exposición de los conceptos que conforman los temas abordados.
4. Habilidad para integrar la participación de los asistentes en el desarrollo de la actividad.
5. Adecuación de la propuesta y de las intervenciones del grupo a los tiempos previstos para cada encuentro.
6. Objetividad demostrada en la auto evaluación del proceso y en la evaluación de la evolución de los participantes.
7. Capacidad demostrada en el manejo de los requerimientos emergentes durante la actividad de capacitación.
En los últimos cuatro años de mi actividad profesional planifiqué y desarrollé actividades de formación para adultos de nivel profesional, que debían adquirir conocimientos y habilidades prácticas específicas. Se pretendía que mediante estas actividades de formación los participantes adquirieran las competencias necesarias para trasladar los conocimientos y metodologías de aprendizaje adquiridas a otros grupos de adultos con diversas características en cuanto a su educación formal, experiencias de vida y necesidades.
La síntesis personal que realizo de esta experiencia es que, en la formación de pares o de adultos en general debe considerarse especialmente para el desarrollo de la propuesta de capacitación la aplicación de actividades grupales, que rescaten el conocimiento previo de los temas o conceptos que se pretenden desarrollar, para luego integrarlos a la visión que se propone desde la capacitación y finalmente tratar de fijar los conocimientos o habilidades adquiridas a través de su aplicación práctica en situaciones reales.
En términos gráficos la descripción de este proceso estaría conformado por cuatro instancias bien diferenciadas.
1. Presentación de consignas o disparadores.
2. Presentación y Desarrollo de la actividad grupal.
3. Integración a la visión propuesta desde la capacitación.
4. Aplicación de la propuesta a situaciones reales.
Este esquema metodológico se completa con la instancia de evaluación para el ajuste de futuras actividades.
La experiencia que más recuerdo en materia de capacitación profesional y que se ajusta parcialmente al esquema que menciono, es la recibida en el ámbito empresario como complemento de un cambio organizacional que tenía como intención la implementación de una gestión por proyectos para el desarrollo de los negocios corporativos.
Esta actividad fue desarrollada en un tiempo de ciento cincuenta horas aproximadamente y fue facilitada por profesionales con experiencia en gestión de nivel gerencial y formación teórica en la metodología de gestión que se deseaba transmitir.
La actividad se desarrollo bajo la modalidad de tiempo completo con pernoctación en el lugar de la actividad. Esta situación permitió la realización de actividades complementarias, en general de carácter deportivo, que favorecían el fortalecimiento de las relaciones interpersonales entre los participantes y también facilito el desarrollo de las actividades prácticas de ejercitación, posteriores al desarrollo de las actividades teóricas.
La amplitud y diversidad de los contenidos aplicados si bien pueden ser perfectibles creo que alcanzaron un nivel óptimo en esta fase de la implementación del programa. La aplicación efectiva de esta metodología no tuvo el nivel de aplicación esperado porque entre otras cosas se requería de la certificación internacional de los conocimientos adquiridos y para este proceso no existió apoyo institucional.
El resultado fue un bajo nivel de personal certificado con posterioridad al proceso de capacitación y esto origino una aplicación parcial de la metodología en los procesos internos. Estimo que la continuidad del proceso de capacitación durante la gestión habitual de las operaciones internas de la empresa hubiera favorecido la aplicación real de la propuesta en el desarrollo del negocio. La actividad incluyo la utilización de material teórico, audiovisual, informático, con un elevado uso de material grafico.
Aunque considero que el planteo de la propuesta no se enmarco estrictamente en las teorías que sustentan las estrategias utilizadas para el aprendizaje de personas adultas, entiendo que su implementación se aproxima a la teoría que surge de la propuesta de Kolb incluyendo las fases de “observación y reflexión”; “conceptualización abstracta” y experimentación activa”; que en mi opinión es el proceso adecuado sobre el que conviene planificar las actividades de capacitación profesional en el ámbito corporativo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario