“El capital intelectual (CI) ha sido considerado por muchos, definido por algunos, comprendido por unos pocos elegidos y formalmente valorizado por prácticamente nadie” (Bontis, 1998, citado por Swart, 2006).
Esta cita resume, de modo contundente, una sensación que puede percibirse en las organizaciones y, en particular, en las áreas de recursos humanos, que suelen tener enormes dificultades para justificar sus inversiones, sobre todo, en épocas de crisis.
El interés por este tema cobró notoriedad entre mediados y fines de la década de los 80, aproximadamente1, debido al despegue de la “era de la información” y al incremento de la brecha entre los valores de libro de las empresas y sus valores de mercado (Petty y Guthrie, 2000).
Los estudios se concentran básicamente en tres grandes áreas: definición, medición y gestión del capital intelectual. El presente trabajo tiene por objeto presentar un estado de situación en lo que a conceptualizar el tema se refiere. Esto es, indagar en las principales
definiciones actualmente en uso a fin de que el lector pueda responder a la pregunta: ¿De qué se habla cuando se habla de capital
intelectual? Y a presentar las cuatro principales líneas que se están siguiendo para medirlo.
Para responder a esta pregunta, la primera dificultad se relaciona con el uso como sinónimos de los términos intangible assets, o activos intangibles, intellectual capital, o capital intelectual y knowledge assets, o activos de conocimiento. leer todo el articulo.
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